Se
denomina temperatura de autoignición a la temperatura mínima, a presión de una
atmósfera, a la que un gas inflamable o mezcla de aire-vapor en contacto con el
aire arde espontáneamente o es calentado en su superficie sin necesidad de una
fuente de ignición.
A
esta temperatura se alcanza la energía de activación suficiente para que se
inicie la reacción de combustión. Los vapores y gases arderán espontáneamente a
una temperatura más baja en oxígeno que en el aire. La temperatura de
autoignición puede disminuir sustancialmente ante la presencia de catalizadores
como polvo de óxido de hierro, ante atmósferas ricas en oxígeno y ante
presiones elevadas.
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