Básicamente, el cuerpo elimina
el alcohol de tres formas elementales: mediante la evaporación, la excreción o
la defecación y el metabolismo propio del organismo. Cerca de un 10% del
alcohol ingerido es excretado por lo riñones, mientras que apenas un 1% se
elimina mediante la evaporación, es decir, mediante la respiración, el sudor y
las lágrimas. Finalmente, el resto se elimina gracias al metabolismo del
hígado.
Un hígado que funciona
adecuadamente es capaz de metabolizar unos 10 ml. de alcohol puro por hora.
Dependiendo de la cantidad de alcohol que se ha introducido en el organismo, se
estima que en un lapso de 10 horas completas, el cuerpo es capaz de recuperar
su estado normal, cuando la borrachera ya ha pasado y con sus distintos
mecanismos, el cuerpo se limpia naturalmente.
El alcohol se mide en
unidades, una unidad de alcohol equivale a 10 ml. del 100% de alcohol que está
en unos 30 ml. de whisky o de 236 ml. de cerveza. Entonces, el cuerpo tarda una
hora en quitar una unidad de alcohol de la sangre. El peso, la edad, el género,
la tasa metabólica, los niveles de tensión, el tipo de alcohol ingerido, la
cantidad, la cantidad de alimento ingerida antes de beber el alcohol y el
estado de salud de órganos como el hígado, determinarán considerablemente si se
demora más o menos tiempo para eliminar el alcohol de la sangre.
Si una persona ingiere unos
250 ml. de vino, el cuerpo necesita unas 3 horas completas para metabolizar el
alcohol, unos 500 ml. de cerveza equivalen a un poco más de 2 horas y una
cerveza fuerte, puede llevar el doble. Por eso, hasta 12 horas después de haber
ingerido alcohol, el test de alcoholemia puede llegar a detectar rastros de
alcohol en la sangre. Por supuesto, estos datos son estimativos, ya que hay
muchas variantes que pueden incidir en los resultados.
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